Entrevista con un vampiro español (I)

Hace algunos años llegó a una de las direcciones de la Academia un sobre. Dentro había varios folios amarillentos escritos a máquina y una nota manuscrita de alguien que decía ser un antiguo periodista del antiguo periódico “YA”.

Cabecera del diario Ya

Según la nota manuscrita el periodista había recibido una atípica tarea a principios de los años 70. El arzobispo de Madrid, Casimiro Morcillo, había decidido en su hora postrera poner al periódico en contacto con un singular personaje cuya mera existencia desafiaría las creencias y filosofías de muchos.

El periodista en cuestión- jamás supimos su nombre- realizó la que pudo haber sido la entrevista de su vida. Sin embargo España iba a cambiar mucho en pocos años, algo que sería fatal para el asunto que nos ocupa. La dirección del periódico fue retrasando la publicación de la entrevista, quizá esperando el momento de la revelación, quizá evitándola por miedo.

El periodista sin embargo no perdió la fe y siguió apostando por su reportaje. Durante la Transición España cambió, parecía el momento para sacar a la luz la entrevista. Sin embargo el por aquel entonces poderoso Grupo Tácito (algunos integrantes suyos tenían mucho peso en la redacción) decidieron que no era el momento de publicar algo con suficiente potencial como devolver a España a una época pretérita, no ya a los años de la dictadura que se dejaba atrás, sino al mismísimo medievo.

Se ordenó al periodista que se deshiciera de las cintas, las fotos y el material transcrito. El redactor hizo caso, pero guardó una copia de la transcripción con notas de su puño y letra en casa.

Según confesaba en su nota manuscrita el tiempo fue pasando. Primero pensó en vender la entrevista a los medios de nuevo cuño, más tarde pensó en escribir un libro sobre la experiencia. Pero no podía probar nada sin las cintas y además estaba el miedo a que el afectado hiciese algo en su contra ahora que no contaba con el prestigio y la protección del diario.

Los años pasaron y el periodista, según confiesa en su carta “hastiado, cansado del asunto y buscando no ya reconocimiento sino transmitir un pedazo de verdad” nos mandó lo que ahora van a leer.

Durante estos años he intentado darle forma de reportaje o de entrevista al material; pero no he sido capaz. Así que transcribo sus transcripciones (valga la redundancia) y pongo en cursiva las aclaraciones y comentarios manuscritos.

Madrid al atardecer

TRANSCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA AL SEÑOR DE HARO

Dejar claro que estamos en Madrid, que era de madrugada. Transmitir el ambiente de la biblioteca. No caer en tópicos de película de Christopher Lee.

SEÑOR DE HARO: (…) me han gustado estos artilugios. Encerrar la voz no es natural.

YO: Es sólo una herramienta de trabajo. Sería descortés ponerme a tomar notas sin mirarle.

SDH:  Si usted lo dice. Bien… ahora soy todo suyo. Pregunte.

YO: ¿Me podría decir su nombre y su edad?

SDH: Fernando de Haro y Dávila. La edad es algo más complejo.

YO: ¿Por?

SDH: En mi situación actual tengo tres edades: La real, la que aparento y la comienza a partir de mi conversión.

YO: ¿Con cuál se siente más a gusto?

SDH: Ninguna. Digamos que nací siendo Papa Calixto III y me convirtieron siéndolo Inocencio VIII

¡Más de 510 años!

(…)

P.S.: La entrevista es larga. Mi intención es dedicar unos dos espacios más a transcribirla (Pueden ver la segunda parte de esta entrevista siguiendo este enlace).

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